miércoles, 18 de abril de 2012

La resaca interminable


Si La resaca de los lunes se hubiera escrito el jueves pasado después del derby, las señales en el folio serían inequívocas: cefalea, dolor de estómago y más ganas de agua que los damnificados por los trasvases Tajo-Segura. Pero se escribe los lunes, que es el día en que te levantas pensando en lo que pudo haber sido y no fue. El empate del Bernabéu, por ejemplo, que Cristiano –al que pitaban- decidió poner freno por aquello de callar a Clemente que es un Mou sin títulos, gracia, ni verborrea. O quizá sea al revés: Mou es un vasco con gracia, que puede hacer un corte de mangas para acabar con el señorío del Madrid. Hablando de señorío, nadie ha dicho aun que Sandoval acabe con el señorío del Rayo por hacerle un tapón a lo Ibaka a Diego. Cosas de la prensa, que solo le permite hacer todo lo que quiera y sepa a Bielsa, que no es vasco pero es el entrenador favorito de Guardiola. Y viceversa.

Vayamos a lo del derby, que a bote pronto lo habíamos calificado de La historia interminable de Michael Ende, pero que según avanzan las temporadas y los años sin ver una victoria del Atlético de Madrid ha pasado a una literatura espesa y repetitiva. Posiblemente ande entre los panfletos de Almudena Grandes y Juan José Millás. Un desaliñado contubernio de desvaríos, con similares intrigas y desenlaces finales calcados: siempre ganan los blancos. Se acabaron las excusas, los árbitros, las tácticas y los quizás. Hace tiempo ya que el aficionado blanco da por ganados los seis puntos que les enfrentan a los del Manzanares como dan por perdidos en Prisa los seis que le enfrentan a los inventores del fútbol.

-“Quien juega con los mejores pierde como los demás

Decían en la película Hackers, al enfrentarse a los genios de la técnica y la táctica de ordenadores, filosofía resultadista aplicada hoy al derby. En Madrid, las corrientes filosóficas se dividen entre el mourinhismo y el cholismo, como escuelas griegas enfrentadas aun compatibles, teniendo como descarga común al Diógenes rapado de Barcelona. Cholo, que viste como Pep, decidió jugar a los movimientos con las líneas, lo que aun le queda grande, a él y al actual Atleti. Retrasó a sus hombres 15 metros como ya hiciera ante el trajeado que le marca estilo, y le costó los tres puntos como ya regalara al trajeado que le marca estilo. Total, más de lo mismo. El espíritu del Atleti surgió hace dos temporadas no por Quique ni Kun, sino por recordar la capacidad de devolver al Atleti allá donde estuvo situado hasta que la pandilla de mangantes cogió el rumbo del Titanic, a quien estrelló contra un iceberg llamado Hacienda  que desembocó en un naufragio de ruina económica y moral.

Porque los niños, como apuntaba Juanma Trueba, que anden rozando los 13 años que van desde que Hasselbaink mandara a la red el último gol para la victoria del Atlético, andan ya pendientes de perder la virginidad en ambos sentidos, con esos nervios de no saber si quiera cual llegará primero. Máxime, cuando forman parte de la generación, que ha visto ganar a España una Eurocopa y un Mundial. Vamos, que se fueron de putas antes de acostarse con la vecina.

Darío Novo

lunes, 9 de abril de 2012

Seguridad en Internet


Actualmente la sociedad en la que vivimos es una sociedad que podemos calificarla como "Sociedad de la Información". Internet está inmerso en nuestras vidas, tanto para divertirnos, como para facilitar el aprendizaje o herramienta de trabajo. Estas tecnologías nos facilitan la vida, pero al mismo tiempo nos exponemos a una serie de peligros.
Muchos servicios de internet requieren información personal, es necesario concenciar a las personas de que deben proteger sus datos para evitar exponerse a peligros, por ejemplo, proteger nuestra privacidad dentro de las redes sociales para que personas desconocidas puedan acceder a nuestros perfiles y fotografías. Internet puede ser utilizado para diversos fines, pero hay un índice alto de contenidos inapropiados. Para proteger a los más pequeños los adultos y los padres pueden bloquear una serie de páginas para que sus hijos no puedan acceder a ellas. Como bien sabemos también se debe vigilar a los pequeños las personas con las que interactúan por internet, pues como bien sabemos, muchas veces se han cometido secuestros y acosos utilizando como herramienta clave el chat para poder conocer a la víctima.
También podemos encontrar en internet las llamadas ventanas emergentes o "pop-up", que presentan publicidad al abrir otras ventanas. Los pop-up pueden contener virus, por lo que será recomendable instalar en nuestro equipo un software de protección y antivirus.
El correo electrónico es otro aspecto que debemos cuidar, no debemos proporcionarlo si  pensamos que el receptor de nuestra dirección va a utilizarlo de una forma inapropiada; tampoco debemos  difundir las direcciones de otras personas a no ser que se trate de aspectos profesionales o personales.
Todo lo anterior supone un gran peligro, pero por último, conviene citar, los llamados virus troyanos y los gusanos, que son malware que intentan ejecutarse en nuestros equipos por medio de descargas con la intención de reproducirse y dañar nuestro equipo informático.
Más vale prevenir que curar, por ello recomiendo proteger nuestra privacidad evitando exponer nuestros datos y fotografías en sitios y ante personas desconocidas, y protegiendo nuestros equipos instalando un software de protección.
Carola de la Rosa

domingo, 1 de abril de 2012

Google busca Google


Cuando un estudiante, entre los que nos encontramos, prepara un doctorado es que ya ha llegado demasiado lejos. Así  Larry Page y Sergey Brin habían llegado demasiado lejos cuando presentaron la tesis a través de la cual mejorarían las búsquedas de la red. Google sería marca registrado en 1997 y para cuando Francia celebraba su Mundial y lo ganaba, apenas un año después, superaba a Altavista.

A pesar de su éxito instantáneo nadie se libra de pedir créditos. 25 fueron los millones de dólares que necesitaron los hoy socios de oro y les fueron conseguidos por inversores privados que vieron el futuro en las seis letras que sirven para buscar el mundo. Después vendría la compra de Youtube por 1.650 millones, Google TV y las polémicas claro. Con la expansión del buscador  no solo se ha valido de éxitos, las críticas están a la orden del día por las censuras aplicadas en países como China quienes han creado su propio buscador o un símil de Facebook solo para ciudadanos de este país.

Pero ¿qué es Google?

Decir que Google es un buscador, es como decir que el Titanic era un barco. Google es el transatlántico de los buscadores aunque mantiene esa fragilidad empresarial de ver en el horizonte una posible caída. Porque también es una empresa. Teclear las seis letras en el ordenador supone visitar una página a priori sencilla tras la que se esconde un rebuscado proceso en el que todo es importante. En la sede del buscador todo está estudiado: por qué las letras (que se actualizan casi a diario y por países con motivo de efemérides conocidas o no tanto) son así y no de otra forma, el tamaño de la barra de búsqueda o el color de las letras. Un botón como muestra: para el color azul de la barra de estado se mostraron 50 tonos diferentes entre los que se eligió ese, ya que el usuario clica en más ocasiones en este tono que en ningún otro.

Detrás de Google hay pura matemática. Las paredes de su sede, en la que trabajan los mejores creativos del mundo, se encuentran llenas de fórmulas matemáticas para mantener vivo el espíritu de los trabajadores por donde quiera que vayan. Cualquiera puede sumar a esto teoremas que resolver se encuentre donde se encuentre. Google se basa en un algoritmo de más de doscientos algoritmos. Para poder comprenderlos necesitaríamos una ingeniería, ser admitidos en la empresa y lo a priori más complicado, ser una de las personas que lo conocen. Como la formula de la Coca-cola, los ingenieros trabajan en él sin conocerlo entero y en un constante cambio: 300 veces al año el último año.

El algoritmo basa la búsqueda en la búsqueda del usuario, valga la redundancia. Es un escáner general de cada movimiento. Cada click queda registrado en función de gustos, países e individuos. Es un gran hermano orwelliano con una búsqueda, casi frustrante, de la perfección.

No todo son matemáticas

Para mantener viva la llama de Google, la propia empresa sigue una política de recursos humanos tremendamente sencilla: los mejores ingenieros del mundo trabajarán allí. Sencilla pero cara. Google vive en una búsqueda continua de su identidad, tremendamente cambiante y orgullosamente obsesiva en monopolizar cualquier movimiento de un usuario esté donde esté. Para tener a los mejores, aparte de desorbitados sueldos imposibles e incalculables –fruto de la tremenda cotización de Google y su incalculable valor de mercado- sienta las bases en, como comentábamos antes, oficinas dinámicas. Por ello no está penalizado acudir en pijama a la oficina, no es de extrañar que en lugar de ir por las escaleras acceda a la planta inferior en tobogán y jamás le despedirán por jugar al Guitar Hero en sus horas de trabajo. Sí, ha leído bien, en sus horas de trabajo.

La concentración no lo es todo y una empresa con semejante desarrollo necesita una innovación diaria fruto de ensoñaciones que a priori parecen imposibles. Como Google Maps, a quien en principio se tachó de locura y ahora muestra las calles tal y como son, o Google Books que persigue el “modesto” objetivo de escanear y poder indexar todos los libros de texto jamás publicados. La búsqueda constante de recursos pues, es la base del gigante que busca, del gigante que nos busca. Y al que buscamos. Porque la noticia, excéntrica, surge al saber que 600.000 personas al día buscan Google en Google. Como Google nos busca a nosotros. Como Google busca a Google.


Darío Novo